El análisis exhaustivo del cartón de leche.

[Invitado]

Kurohane no era curioso ni nada que se le asemejara, o por lo menos el no se consideraba a sí mismo un ser curioso; de lo que conocía por curioso eran aquellos Nekomata que metían sus narices en todo y preguntabab por todo. Como guerrero, admitía que esos bakemono eran bastante fuertes como para sostener una admirable pelea contra un Tengu, sin embargo, desaprobaba a toda costa esa infructuosa curiosidad que sólo los metía en problemas. Y aquí observabas al Karasu Tengu, observando fijamente y con un exaustivo análisis el cartón de leche perfectamente rectangular en la sección de lacteos (hablando de Nekos). Muchas preguntas comenzaban a pasarsele por la cabeza, como por ejemplo: ¿Por qué tenían esa forma (rectangular)? ¿Qué de donde sacaban la leche para meterlas? ¿Eso podía sacarse de aquellas plantas sin semillas que llaman fábricas?

Por alguna razón, Kurohane se sintió sin ánimos de pensar en la curiosidad de los Nekotama, por lo menos ya no será tan crítico ahora que tiene un acercamiento interesante sobre la palabra curiosidad.

De vez en cuando se sobresaltaba es escuchar la voz de un humano dentro del Supermercado, suponiendo en principio que quizá se trataba de un alma en pena que parecía anhelar guiar a los humanos, pues siempre se la pasaba diciendo cosas como: "Empleado X, favor de reportarse en la dirección", "Venta del 2x1 en el pasillo 2" y cosas por el estilo. Ya después de preguntarle a un Kitsune disfrazado de humano que pasaba por ahi, entendió de que era un altavoz que usan para anuncios importantes.

-Hum...¿me llevaré ese objeto? -Pensó en voz alta, observando insistentemente el cartón de leche. En cierto modo era un capricho, y en otro modo no lo era; siendo objetivos, todo lo que Kurohane tomara de las invenciones de los humanos era necesariamente para descifrarlo y obtener información. Removió suavemente su cabellera negra, acompañado de un bufido, y de sus bolsillos saco una billetera que tenía poco metal monetario que presumir. En silencio se pusó a sacar cuentas según el dinero que tenía y lo que costaba el cartón de leche- ...Me alcanza para esto y el arroz, pero tendré que regresar caminando si lo compro- Se dijo en voz alta mientras volvía a contar su dinero. No le molestaba el regresarse caminando, así que no tendría problemas sobre el debate si llevarse o no ese cartón de leche. En cuestiones de alimento no tenía ningun problema, pues desde siempre su dieta fue la de consumir arroz y en veces permanecía en ayuno.

Desde hace unos meses, Kurohane logró conseguir un trabajo temporal y un pequeño apartemento en donde pasar la noche (aunque prefiere dormir al aire libre, pero todo es por su seria determinación de recabar información importante). El trabajo que consiguió esta vez le dió un buen indicio sobre la energía que fluía tan descaradamente por el ambiente hoy en día, podría quizá tratarse de una pequeña grieta que produce un flujo relativamente pequeño pero lo suficientemente como para detectarlo... por desgraca suya aun no lo había encontrado, pero sin duda estaba por lo alrededores de su lugar de trabajo.

Tras un largo suspiro y varias pestañeadas de ojos, Kurohane tomó el cartón rectangular y emprendió marcha a la sección de verduras, tubérculos y cereales.

[Milo]

Una pequeña montaña de alimentos pre-cocinados avanzaba dando tumbos por el pasillo tres. Siempre pasaba lo mismo cada vez que iba a un supermercado, aunque solo quiera entrar para llevarme un par de manzanas todo lo que se expone en los pasillos me tienta. En esas cajitas de colores, con unas fotos de apariencia tan deliciosa... es imposible no caer en su embrujo y no acabar llevándotelo.
El caso es que ya tenía dos millones de productos sobre mis brazos y el numero no hacía más que aumentar. Solo esperaba que no pasara como la ultima vez y también pretendieran que pagara por todo ¿es que no les valía con la promesa de que me lo comería todo? pero si en mi casa funcionaba...

Mientras iba añadiendo mas cajas a la torre de pre-cocinados e inventaba alguna excusa para cuando pasara por la caja. Al girar en la esquina con el pasillo principal me choque contra algo. Todas las cajas que sostenía se me cayeron provocando un estruendo horrible y yo me caí hacia atrás haciendo que mi culo golpeara también el reluciente suelo del supermercado.

-Oh no, mi torre de deliciosidad se ha venido abajo -Me lamenté intentando recuperar los alimentos del suelo -Espero que ya que se han caído al piso me dejen llevármelos gratis... -De pronto, mientras recogía una caja de lasaña divisé los zapatos del chico con el que había topado, reparando al instante de que debía disculparme con él -Esto... lamento lo que ha ocurrido, me parece que no te he visto por culpa de mi torre de comida.

[Invitado]

Fue sólo un tenue tambaleo lo que le provoco el encuentro brusco entre él y un monstruo tembloroso de cajas con comida precocinada, pero al parecer para los pequeños y delgados pies del monstruo fue suficiente fuerza como para desmoronarse sobre sí mismo, dejando todas la cajas desparramadas por el suelo y una que otra escondida debajo de algún estante. El Tengu se encontró con la sorpresa de que el monstruo en realidad era un gato al que no parecía molestarse mucho en mostrar sus orejas y cola por ahi como si nada. Se rascó la cabeza y observó con sus falsos ojos marrones el desastre, la situación parecía emanar irónia...nada nuevo, en realidad. Tras un corto suspiro dejó el cartón de leche a un lado y se puso a recolectar varias cajas de comida que se encontraban cercas de él.

-Si por lo menos vas a robar comida de un supermercado, ten en cuenta que debe ser un número pequeño de articulos para que los guardias no se percaten, así el no tener que pasar por las delgadas columnas metalicas que están en la entrada, ya que ella localizan los articulos que no se cobraron -Le explicaba al Neko mientras juntaba las cajas una a una y verificaba si no pasaba alguna persona por lo alrededores, no quería verse involucrado en tal escena, aunque realmente fue participe de ella- Por cierto...¿no has pensado en ocultar tus orejas y cola? Aun hay humanos que se espantarían al verte -Le explicó con una expresión seria y calma-, incluso hace unos minutos me encontre con un Kitsune perfectamente disfrazado, supongo que alguien debe se estarlo buscando- Dijo con desinteresada trivialidad. Últimamente la fluidez y repertorio de sus palabras iban en crecimiento, tal vez debido a su trabajo o mera socialidad que sostenía con uno que otro; en todo caso, le dio la impresión de estar hablando demasiado hata el punto de fastidiarse a sí mismo.

[Milo]

Me alegré de saber que el extraño muchacho con el que me choqué no parecía enfadado por ello. Quizás porque él no había acabado en el suelo como yo y mis víveres, quien sabe. El caso es que más que enfadado, el chico parecía extrañado por lo que yo estaba haciendo. La verdad es que ésto no era algo nuevo para mi, casi toda la gente con la que me cruzaba se extrañaba de mi manera de ser y comportarme, pero en el fondo me daba igual. Lo que no era tan corriente era encontrarme con alguien que me ofreciera consejo en como debía de hacer mis travesuras. El joven me dijo que si quería irme sin pagar era mejor que me llevara menos artículos, ¡que gran idea! Estaba claro que mi torre de deliciosidad era demasiado grande y vistosa como para que los guardas de seguridad la pasaran por alto.
Volví a derruir mi montón de cajas lanzandolas al suelo y de esas seleccioné las cinco que mas me gustaban. Me metí una por debajo de cada media, dos en mi camisa y la mas pequeña por debajo de mis pantalones. El plan estaba completado. Ciertamente era imposible que con mi ajustada ropa no se notara que escondía cajas debajo pero daba igual, al llevar las cajas así no tenía que usar los brazos y podía ver por donde iba lo que sería de gran ayuda en mi huida. Además, llevar la caja de calamares congelados en mi pecho me deba mucho fresquito y eso sin duda era un plus.
Lo que no me parecía tan buena idea era esconder mis orejas y mi cola de gato. Que a los humanos normales les espantara me parecía una tontería y que lo hicieran otras criaturas raras me daba igual.

-¿Sugieres que me disfrace de humano normal? Bueno, no es que no me parezca un poco divertido pero me gusta ser como soy -Repliqué con cierto orgullo -Además, dices que viste un kitsune que se disfrazaba porque lo estarían buscando... pero en mi caso el que busca soy yo y si da la casualidad de que a quienes busco me están buscando también prefiero que me encuentren -Dije convencido de mis palabras -Además... ¿no crees que mis orejitas son preciosas? A mi me lo parecen -Las acaricié con el dorso de mi mano provocandome a mi mismo un ligero escalofrío gatuno -Prrr me encantan mis orejas...

[Invitado]

Observó con ociosidad como el neko comenzaba a guardarse unas cuantas cajas de comida dentro de su apretada ropa, no estaba seguro si ese gato no estaría tomando en cuenta que, haga lo que haga con su ropa o con una montaña tumultosa de comidad, de todos modos llamará a atención de los guardías. Alzó ambos hombros ante un pensamiento que sugería que el neko simplemente quería llamar la atención, una teoría factible considerando su atuendo y manera tan despreocupada de pasear por ahi con sus orejas y cola. Se tomo unos minutos para escucharlo con una calma apacible y después soltó un suave suspiro.

-Haz lo que te plazca, neko- Le dijo en un tono suave que deliberadamente rayaba a la indiferencia- ...pero, ¿no has pensado en si te buscan y no quieres que te encuentren?- Le cuestionó más por la necesidad de indagar sobre la personalidad libertina del gato que por una curiosidad trivial, ignorando olimpicamente su comentario sobre sus orejas. Siendo Kurohane como era, aquellos detalles que los gatos parecían disfrutar (como sus orejas) para él no tenía relevancia ni alguna clase de información que tuviera que considerar, y por ende, no estaba obligado a desarrollar un tema tan vanal que carecía de interés personal.

[Milo]

Bueno, supongo que no hay mucha gente con orejas de gato en el mundo así que yo resaltaba bastante entre la multitud, pero eso nunca supuso un problema para mi. Me encantaba llegar a pueblos desconocidos y que los locales se quedaran mirando. Desde siempre yo había preferido causar una impresión negativa en la gente a no causar ninguna impresión. Además, ser reconocible no era algo malo para mi pues yo no tenía nada que esconder.

-¡Claro que no he pensado en eso! -Contesté extrañamente alegre -Es que yo quiero que me encuentren. Mi familia verdadera podría estar buscándome en esta ciudad y quiero que me reconozcan si me ven -Expliqué -¿Porque no iba querer que me encuentren? Yo soy un buen chico así que no tengo enemigos, todo el mundo me quiere... salvo los dependientes de las tiendas, los guardias de seguridad, la policía, los porteros de los bares, mmm -Froté mi mentón pensando en algo -Quizás si que deba plantearme ser un poco mas discreto -Susurré para mi mismo -No, ya estoy bien así. Mi vida sería mas aburrida si no tuviera que huir de alguien de vez en cuando -Sonreí encantado y guiñe el ojo al chico -¿Y tú? ¿acaso tu te estas escondiendo de alguien? -Lo revisé con la mirada de arriba a abajo sin el menor reparo -La verdad es que pareces muy sospechoso -Entorné mis ojos fingiendo desconfiar de él -Un chico que solo compra leche en un lugar con tantas cajas de comida deliciosa... sin duda escondes algo.

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