Re: La cena... (Cont. Priv.)

[Milo]

Con la inestimable colaboración de Sophie pude resurgir del pesado futón y esta vez colocarlo como era debido dentro del armario. Definitivamente esa tarea era mas fácil con cuatro manos que con dos pero si no hubiera estado en ayunas yo habría sido capaz de hacerlo solo ...y hasta podría haber guardado dos futones a la vez, claro que sí.

-Esto... supongo que ahora irás a hacer las tostadas ¿verdad? -Miré algo inseguro el suelo de la sala -Es que he pensado que quizás podría aprovechar este tiempo y ducharme. Si me dejas usar tu baño, claro.

[Sophie]

Sophie sonrió al escuchar la petición de Milo. Suponía que era normal que quisiera tomar un baño, incluso, pensó en tomar uno ella en cuanto él terminara. Se preguntó si Milo tendría algo que usar, sólo eso, ya que por las toallas no había problema; en el hotel había muchas que dejaban en cada cuarto, y ella tenía un buen tanto en el suyo.
- Por mí no hay problema – Respondió sonriente.
Se acercó al armario y lo abrió nuevamente. Buscó por unos segundos hasta que al fin encontró una de las toallas, era de color amarillo. Volteó hacia Milo, sin antes cerrar el armario, y le dio la toalla.
- Puedes tomar esto – Dijo extendiéndola hacia él – Por cierto, ¿tienes algo que usar para después?
Esperó por su respuesta mientras le miraba. Si respondía negativamente no estaría segura de qué hacer. Probablemente se pondría a buscar alguna prenda masculina que tuviera. Tal vez habría alguna ropa… pero lo dudaba.

[Milo]

La respuesta tan natural y alegre de Sophie volvió a darme motivos para sonreír. Agarré contento la toalla que la joven humana me tendía pero entonces a ella se le ocurrió mencionar un tema un tanto espinoso. Yo no tenía más ropa de la que llevaba puesta al entrar y puesto que a estas alturas estaba bastante sucia, no sería adecuado volver a ponérmela. Lo más probable es que Sophie no tuviera ropa de varón pero aun así...

-Me temo que... no -Respondí con cierta vergüenza -Pero tú no eres mucho mas pequeña que yo. Si me prestas algo de ropa que te vaya un poco holgada seguro que puedo ponérmela, tampoco sería la primera vez que llevo falda... -Propuse con optimismo.

[Sophie]

¿Eh? ¿Que no sería la primera vez que usaba un vestido? Definitivamente eso se le hizo algo raro, pero prefirió no preguntar. Pensó por un momento hasta que finalmente regresó al armario. Ahí buscó y rebuscó entre toda su ropa, hasta que encontró una camisa que su padre le había regalado creyendo que era de chica cuando en realidad era para un chico. Estaba segura que le vendría bien a Milo. Buscó un poco más y encontró uno de los pantalones holgados que tenía, el que le quedaba más grande y que ya no utilizaba. Por un momento se preguntó por qué había traído esa ropa de casa, pero agradeció el haberlo hecho.
Pronto cerró el armario, volteó nuevamente hacia el chico y le extendió la ropa. Quiso preguntar algo, pero sintió que lo mejor era abstenerse.
- Aquí tienes, espero que te sirva esta ropa – Dijo con una sonrisa.
Tal vez después de desayunar podría ayudar a Milo con su ropa; podría lavarla e incluso arreglarla para que él no se tuviera que preocupar más por eso.

[Milo]

Era facial ver la sorpresa en el rostro de Sophie cuando me escucho decir que no sería la primera vez que llevara una falda. Claro que sabía que ese tipo de prendas era mas típico de chicas pero en verdad no me importaba, vivir en la calle no te permite muchos lujos y yo siempre llevaba la ropa que podía ya fuera de chico, de chica o de koala albino... además, las faldas son una prenda especialmente cómoda.

En cualquier caso, Sophie rebuscó en su armario y consiguió sacar de él unas ropas que no eran tan femeninas como las de ella. Supongo que había tenido suerte.
Agarré las prendas de sus manos y las revisé con una amplia sonrisa. Eran bastante bonitas y a primera vista parecía que me servirían.

-Gracias Sophie, me las pondré cuando salga -Hice una rara reverencia de agradecimiento y dejé la ropa sobre la cama. Primero debía ducharme así que sin mas me volteé y me metí en el baño -Espero que haya agua calentita -Susurré pensando para mi.

[Sophie]

Apenas vio que Milo entraba al baño, ella se dispuso a ir a la cocina. Se preguntó a sí misma cuántas tostadas estarían bien para él, aunque pensándolo bien, tenían que ser bastantes por lo que ocurrió con los futones hace unos minutos atrás. Por otro lado, suponía que le había parecido bien la ropa, ya que no dijo nada al respecto. Incluso podría ser que le hubiera gustado, eso le tranquilizaba.
Caminó y llegó a la cocina. Rápidamente abrió una alacena y de ahí sacó el pan que usaría. De otra de éstas, sacó el frasco de mermelada. Sonrió para sí misma, poniendo ambas cosas en la barra desayunadora. Casi se le olvida con qué untar la mermelada y en dónde poner todo, así que tomó de un cajón uno de los cuchillos, sin olvidar lavarlo antes, mientras que de otro cajón, dos platos limpios.
Bien, ahora debía de comenzar a preparar todo, esperaba poder terminar a tiempo para que ambos pudieran disfrutar un buen desayuno.

[Milo]

Me despojé de mi ropa de cama con gran rapidez desperdigandola por todo el suelo del baño sin el menor cuidado. Me metí en la bañera y abrí el paso del agua para entonces llevarme una agradable noticia, el agua estaba prrrfecta.

-La donna è mobile, qual piuma al vento, muta d'accento, e di pensiero...

Cantaba a viva voz desde debajo de la ducha. Lo hacia siempre que me bañaba y aunque debiera darme algo de vergüenza sabiendo que Sophie podría escucharme el canto me salía de forma natural y sin pensar.
Tras un recital de unos diez minutos ya podía considerarme más que limpio. Me sequé con unas toallas y salí del baño con una de ellas aun anudada a mi cintura.
De vuelta en el dormitorio me vestí con las prendas que la amable humana me había prestado. Los pantalones me parecían muy graciosos pues eran realmente anchos y contrastaban de veras con la camisa pues aunque tuviera aspecto varonil era de la talla de Sophie y a mi me venía realmente estrecha haciendo que todo mi torso se marcara bajo la tela.
De esta guisa regresé con Sophie. Me preguntaba si realmente me vería bien, pero lo cierto es que tampoco me preocupaba demasiado. Estaba agradecido de tener ropa limpia que ponerme.

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